Por César Augusto Ramírez Orjuela
Y uno
saluda al sol
besa la luna
aprende a tomar del aire la caricia
a beber las gotas que dejó el rocío en las dos manos
a comer en el plato del planeta.
Al levantarse se estira en postura cobra
en ese intento de alejarse de la tierra.
Y uno
cree que corre en busca de la meta
se toma el tiempo en driblar y zigzaguear
un paso adelante a la izquierda
un paso hacia atrás a la derecha
y luego el centro juntas los dos pies
compás de melodía
en ocho tiempos.
Y uno
toma una siesta al medio día
vive el aleteo de la mariposa
y todo es inspiración y espiración
de tanto en tanto…, suspira.
Y uno
deja crecer sus cabellos
paga luego un corte sencillo
se abraza con el frío
suda y canta
el momento feliz
es otro cuerpo que te habita.
Y uno
se multiplica
y uno ya no es uno
porque entona canciones de cuna
porque es uno
a la potencia infinita
de un vientre que fecunda.
Y uno
dirige la mirada al horizonte
junta las dos manos, agradece y ora.
Y en postura de guerrero yoga
vuela como los pájaros
en el arcoíris de la vida
saluda al sol
besa la luna
y regresa al vientre de la tierra.









